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RSE contra sostenibilidad

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¿En qué se distingue la RSE de la sostenibilidad?

La Responsabilidad Social Empresarial (RSE) y la sostenibilidad son conceptos interrelacionados que a menudo se confunden. Aunque se complementan mutuamente, existen diferencias clave que los distinguen. Comprender estas diferencias es crucial para las organizaciones que buscan mejorar su impacto en el medio ambiente y la sociedad.

Definición de RSE

La Responsabilidad Social Empresarial, comúnmente abreviada como RSE, se refiere al compromiso de las empresas de funcionar de manera ética. Esto incluye una amplia gama de aspectos que abordan no solo las expectativas económicas y legales, sino también las sociales y ambientales. Un ejemplo claro es el de las empresas que implementan políticas de igualdad de género en el lugar de trabajo o que participan en iniciativas comunitarias.

Las empresas que practican la RSE reconocen que sus operaciones tienen un impacto más allá de sus resultados financieros. Por ejemplo, en 2019, la compañía global de tecnología IBM lanzó una iniciativa para reducir sus emisiones de carbono en un 40% para 2025. Este es un ejemplo de cómo la RSE se puede manifestar de manera concreta.

Conceptualización de la sostenibilidad

Por otro lado, la sostenibilidad tiene una perspectiva más amplia y a largo plazo. Este concepto hace hincapié en la capacidad de satisfacer las necesidades del presente sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras para satisfacer las suyas. Se centra en tres pilares principales: ambiental, social y económico. La sostenibilidad requiere la integración de estos tres componentes para lograr un equilibrio que asegure la viabilidad a largo plazo del planeta y sus recursos.

Un caso bien documentado es el de la empresa automotriz Toyota, que ha invertido en desarrollos de vehículos híbridos y eléctricos para reducir el impacto ambiental de sus productos, promoviendo así la sostenibilidad.

Diferencias clave entre RSE y sostenibilidad

1. Alcance del enfoque: La RSE tiende a centrarse en las prácticas empresariales y su impacto inmediato; en cambio, la sostenibilidad tiene un marco temporal más amplio, priorizando el equilibrio a largo plazo.

2. Motivación y objetivos: Aunque ambos términos frecuentemente buscan mitigar impactos negativos, la RSE se suele establecer en respuesta a presiones externas o para mejorar la imagen corporativa. La sostenibilidad, por su parte, nace de la necesidad de conservación de recursos y del deseo de propiciar cambios estructurales y duraderos.

3. Puesta en marcha: La RSE se puede llevar a cabo mediante un grupo de políticas o prácticas en una entidad, mientras que la sostenibilidad exige una incorporación total en cada aspecto de la cadena de valor de una compañía.

Ejemplo concreto: Unilever

Unilever es un caso ejemplar de cómo una corporación puede llevar a cabo tanto responsabilidad social corporativa (RSC) como prácticas sostenibles. Han puesto en marcha programas de RSC, asegurando la diversidad y la inclusión en su personal. A la par, han implementado tácticas sostenibles al disminuir en un 50% su impacto ambiental para el año 2023, una meta ambiciosa que refleja ambos compromisos.

Visión futura

A medida que las preocupaciones ambientales y sociales continúan creciendo a nivel global, las empresas deberán fortalecer tanto sus prácticas de RSE como sus estrategias sostenibles. La interacción continua entre estas dos prácticas permitirá no solo el beneficio corporativo, sino también contribuirá a un mundo más justo y habitable. Esta evolución es fundamental para asegurar que las empresas no sean únicamente motor económico, sino también agentes de cambio positivo en la sociedad y el medio ambiente.

Reconocer y definir claramente la línea entre RSE y sostenibilidad permitirá a las organizaciones asumir roles proactivos en la construcción de un futuro más equitativo y sostenible. La articulación adecuada de ambos conceptos guiará a las empresas en el avance hacia prácticas empresariales más responsables y sostenibles.

Por Otilia Adame Luevano

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